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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Feliz año

No se si logras entender el desinterés de mis palabras en conversaciones que a mi vista parecen completamente irrelevantes, participes son ambos en cuestión de sexo más no implica este pretexto dar la murga honestamente en realidades paralelas donde el receptor desea con todo su entusiasmo no pertenecer de forma ni indirecta en actos que no le afectan salvo para deteriorar su existencia, destruye pues tus argumentos porque son consejos no válidos en lo vivido, porque abiertamente te digo que poseo más de dos dedos de mente físicamente y ninguna de tus palabras pertubaran de ninguna forma lo que yo creo vida, ¿quieres follártela? adelante, sin temor alguno, sedúcela, muestrate para ella como has hecho con todas hasta ahora, desenfrenate, reproduce sonidos que digas no haber sentido o escuchado de tu boca nunca con otra mujer, quítale las bragas, siente su cuerpo fundiéndose con el tuyo, engáñate pensando que es amor, date con un canto en los dientes porque tienes otro nombre que añadir

Últimas palabras, ley de murphy.

La noche se enciende con miles de colores y estupideces arbitradas, el pringado de turno roe hasta el último hueso creyendo en el disfrute, más no admira que es una sin razón, como si yo mañana a estas horas decidiese que todo habría de ser de tal o cual forma, sollozos internos emergentes en la más podrida de las aguas perturban el bienestar de los peces gordos, sigues sin entender porque no eres capaz de amoldarte a la situación que desean ver, pues eres tú el que siempre tiene que permanecer atento y bien.

Algo que dicen nunca perder

Dicen que pasa uno, dicen que pasa dos, dicen que pasa tres, dicen que pasa cuatro, dicen que pasa cinco, dicen que pasa seis, dicen que pasa siete, dicen que pasa ocho, dicen que pasa nueve, dicen que pasa diez, dicen que pasa once, dicen que pasa doce, dicen que pasa trece, dicen que pasa catorce, dicen que pasa quince, dicen que pasa dieciseis, antes de seguir contando los que pasan, me he cansado de escribirlos.

Lo mejor del sol, el brillo de la luna.

Mentiría si dijese que hoy no he visto la luna más bella en mi cabeza, con esos reflejos casi humanos que caracterizan su cara y la hacen más grande, iluminaba todo el pueblo casi a la altura de las pestañas que actuaban de persiana en mi habitación, cerrar los ojos y casi sentir el calor de su iluminación aunque estaba oculta en su otra cara, podía sentirla cada vez más y más cerca, ensimismada en su inmensidad, abarcando a todo lo que había en su camino, pero siendo ella la protagonista, nublando su alrededor aunque estuviera a sus lados más próximos, extasiada y enajenada, pues cada vez estaba más y más cerca.

NO

El río y su afluente deliran irradiando emociones no cuerdas en la realidad común, llega quizás la conclusión final, al ver que pese a proceder del mismo lugar, su intersección es la clara distinción entre los dos, albergando caminos muy distintos en su proseguir, la idea central tiene personalidad definida pero el camino intermedio esta lleno de matojos y hierbas mal cortadas con las que los tropiezos que impiden ver las pistas del terreno asfaltado a seguir.