SIN TEMOR NO HAY VALENTÍA
Me deleitas con fuegos en la noche,
¡Oh! Altea mía, patria de todos los que acoges
y a los que das cobijo,
muéstrame todo cuanto puedes ofrecerme.
Dame las buenas noches
y haz de mis sueños
territorios de conquistas y hallazgos
más allá de la falsa soledad de tus calles,
dame todo lo que puedas darme
y bendice mis amaneceres y nocturnas veladas.
Eres tú mis ilusiones,
mis virtudes y alboradas.
¡Oh! Altea muéstrame lo que puedes darme.
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