Por todo lo ocurrido, por todo lo vivido, pues aun breve increíble, brillante, constructivo, por lo que queda, por los minutos, por las horas, por todo, porque aunque hayas aparecido en un momento extraño, no extraño, más bien de búsqueda y encuentro personal, por los días hablando, por los días sin hablar, porque creo me conoces como poca gente lo hace, porque me haces sonreír con dos tonterías, porque me hace feliz que estés bien, porque lucho porque lo estés cuando es difícil, porque no importa la distancia porque siempre estás ahí, porque clave son los momentos que siento me conoces más que yo misma, porque me sorprendo por tener este sentimiento de estima tan intenso en tan poco tiempo y de ver mis tonterías, porque no me arrepiento de decir nada, por tu naturalidad y no tapujos a la hora de hablar y decir las cosas, por sacarme con sacacorchos las palabras que tanto me cuesta decir, por dejarte querer y entender, por no ocultar tus actos, por tus canciones, por tus aventuras, por tus pasiones, por tus gustos, por tus formas de andar, por tus muecas en determinados momentos, por saber llorar y reír, por saber cuando hay ratos que son solo tuyos, por saber soñar.
Girando continuamente una hilera de polvos caen a tierra, diversidad de pastas ocultan la madera de una viva paleta, creando un mapa que da como resultado el final de horas empleadas en ello, ausencia de materiales provocan la sonrisa del gusto por el hacer, del entretenimiento para pasar los minutos que quedan, junto a melodías que recuerdan lo que en ellos un brazo unido a un pincel y un subconsciente plasman, escucho las cuerdas de una guitarra y sinceridad al mostrarse sin arreglos, errores y voces de fondo, en definitiva, la más adorable naturalidad, hoy de nuevo, el sol saldrá, los pájaros del amanecer escucharé piar, entonces será hora de reposar, soñar y bajar los párpados para descansar.
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