Recuerdo que lloré

La inocencia era la mayor de las locuras,
era la preocupación por cosas estúpidas,
y las famosas A, B, C y D en los expedientes,
era salir de clase y con la bolsa de deporte,
correr al vestuario para meterme dentro,
el maiot rojo, las medias blancas y...
aquellas punteras blandas de las que tengo un cajón lleno,
salir al teflón puesto que las instalaciones aún no disponian de parqué,
recuerdo aquellas viejas colchonetas,
unas espalderas en las que nos retabamos para demostrar quién  alcanzaba mejor la cabeza,
secuencia de ejercicios y con los años también de objetos,
las competiciones se hacían vigentes,
principalmente en grupo, siendo centro en el mismo,
todo oscuro, una melodía, moños apretados, laca,
todo preparado, pelota, cuerda, mazas, aro,
un nuevo maiot, esta vez azul, no hay medias,
las mismas punteras, y una presencia más elegante que me prepara para coger la cinta,
pero ... no, algo se interpone en mi camino,
y rompe todos mis sueños,
haciendome olvidar la mayor parte de lo que ocurrió después,
tan solo recuerdo que lloré.

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