Fumando conmigo mismo.

Inocua época de decadencia,
allí dónde mi cuerpo lucha en apariencia,
pretende poseer pecados que a la hora del sumario,
resulten de simplicidad frente a lo real,
ocultándose tras el humo y el olor  de una simple colilla.

Hoy 24 - 1 - 2011 hago mención a una digna palabra de cinco letras,
la diré una única vez en voz alta, pues es un culto a mis principios que no es necesario repetir para que sea efectivo, ya he probado todo lo que tenía que probar, he podido estar en la cuerda floja; no importa.
Hoy diré:
- ¡BASTA!

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