Tus palabras pueden causar conmociones al adversario.
Apenas dice nada,también lo dice todo, me he arriesgado una vez más,me he sentido mal por ello yo lo considero un juego, otros no; aunque al final todos terminan dentro, ya nada me sorprende.
primera parte
Salgo de casa como cualquier otro jueves, sería extraño no hacerlo; pero hoy siento un vacío,es molesto y difícil de considerar,creo que por ello decidí salir, con la finalidad de no pensar en la cama, mirando hacia el oscuro techo, sin poder cerrar los ojos. Salí con un objetivo y allí estaba, fue divertido, aunque no era esa mi misión.
Fui a diferentes lugares, cada cual más . . . son las 7.02 de la mañana, acabo de comer para olvidarme de hacerlo el resto del día, tengo la persiana levantada tímidamente esperando a que ella despierte, ella y con ella el día, no me pienso acostar hasta no verle, mirarle a los ojos, acariciar su barba suavemente, clavar las miradas mutuamente y sentir su abrazo como si fuera el último que me diera.
Está dormido en el colchón, en el viejo colchón de casa, su apariencia es relajada, una sonrisa asoma con sus ojos cerrados y su rebelde melena. Es difícil elegir el momento, como empezar, creo que ya es tarde para empezar, el combate va ya por el segundo tiempo y yo no me he dado cuenta hasta ahora. Las caricias fuero mutuas, una mano, una cintura, mantenerse en aquel sitio haciéndose el loco, mientras continuaba hablando. Las 7.33 continúa oscuro.
Segunda parte
Se ha movido, entreabre los ojos y me sonríe. Le gusta ver como escribo, sabiendo que es de él.
Me hicieron daño sus palabras, aunque apenas se percatara de la simplicidad del argumento no pensó que yo no me valoraba, que era todo lo contrario de lo que demostraba ser, que él tenía una visión equivocada,¡qué demonios! está amaneciendo, es mi primer amanecer en esta ciudad, contados casi un mes, vistos ninguno, los gritos de los niños que van al colegio se escuchan en la calle y yo, he decidido desayunar.
Tercera parte
Tengo miles de razones para ser feliz. Sigue en la cama, daré una vuelta por aquí, bajaré las persianas y soñaré despertar.
primera parte
Salgo de casa como cualquier otro jueves, sería extraño no hacerlo; pero hoy siento un vacío,es molesto y difícil de considerar,creo que por ello decidí salir, con la finalidad de no pensar en la cama, mirando hacia el oscuro techo, sin poder cerrar los ojos. Salí con un objetivo y allí estaba, fue divertido, aunque no era esa mi misión.
Fui a diferentes lugares, cada cual más . . . son las 7.02 de la mañana, acabo de comer para olvidarme de hacerlo el resto del día, tengo la persiana levantada tímidamente esperando a que ella despierte, ella y con ella el día, no me pienso acostar hasta no verle, mirarle a los ojos, acariciar su barba suavemente, clavar las miradas mutuamente y sentir su abrazo como si fuera el último que me diera.
Está dormido en el colchón, en el viejo colchón de casa, su apariencia es relajada, una sonrisa asoma con sus ojos cerrados y su rebelde melena. Es difícil elegir el momento, como empezar, creo que ya es tarde para empezar, el combate va ya por el segundo tiempo y yo no me he dado cuenta hasta ahora. Las caricias fuero mutuas, una mano, una cintura, mantenerse en aquel sitio haciéndose el loco, mientras continuaba hablando. Las 7.33 continúa oscuro.
Segunda parte
Se ha movido, entreabre los ojos y me sonríe. Le gusta ver como escribo, sabiendo que es de él.
Me hicieron daño sus palabras, aunque apenas se percatara de la simplicidad del argumento no pensó que yo no me valoraba, que era todo lo contrario de lo que demostraba ser, que él tenía una visión equivocada,¡qué demonios! está amaneciendo, es mi primer amanecer en esta ciudad, contados casi un mes, vistos ninguno, los gritos de los niños que van al colegio se escuchan en la calle y yo, he decidido desayunar.
Tercera parte
Tengo miles de razones para ser feliz. Sigue en la cama, daré una vuelta por aquí, bajaré las persianas y soñaré despertar.
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