Dentro de este iglú.

El cielo estaba azul, las nubes apenas dejaban asomarse al sol, era un lugar frío perdido en el abismo, el lugar no tenía apenas habitantes y disponía de un solo medio de transporte, un pequeño tren en el que ella soñaba cada vez que volvía a casa.
Era un lugar extraño, pese a tener temperaturas muy bajas, campos llenos de calas persistian para que ella los viera, también había un bosque donde perderse e improvisar por el camino, al final del bosque existía un manantial, agua con la que jugar, pero esta se congelaba cuando ella la miraba y aquella libertad se detenía, el hielo encantaba a todo aquel que lo observaba, su tono perla casi hipnotizaba el lugar. Pero solo su mirada podía hacer aquella reacción.
Volvía a aquel iglú, no podía salir, temía porque le daba miedo mezclarse con las otras especies, recogía unos troncos de madera para encender una lumbre y no mantener la frialdad que siempre enseñaba. Pocas personas conocían el lugar calorífico que podía llegar a ser, pero de momento prefería mantenerse en aquel frío iglú.
Destinatarios equivocados lo conocieron , pero ella no admitía que aquello fuera así, repudiaba toda especie que no pudiera vivir en aquel frío, desprendido del mundo exterior, donde salía el sol.
No todos entendían porque se sentía alli tan protegida.

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