Asomada a la ventana, reposaba sus codos sobre la repisa, tenía la vista perdida y un sentimiento de una enajenación superior, veía el horizonte sin apenas apreciar los detalles que el mismo le regalaba. Podía respirar olores diferentes; llenaba los pulmones pensando que aquella sensación sería de una larga estancia, o, aquello era lo que su ser deseaba. Se sentía fuerte, irrompible, segura e incapaz actualmente de compaginar su vida con otro ser distinto a ella, no sabía si aquello se podía establecer, pero era consciente que en aquel momento le era imposible.
Girando continuamente una hilera de polvos caen a tierra, diversidad de pastas ocultan la madera de una viva paleta, creando un mapa que da como resultado el final de horas empleadas en ello, ausencia de materiales provocan la sonrisa del gusto por el hacer, del entretenimiento para pasar los minutos que quedan, junto a melodías que recuerdan lo que en ellos un brazo unido a un pincel y un subconsciente plasman, escucho las cuerdas de una guitarra y sinceridad al mostrarse sin arreglos, errores y voces de fondo, en definitiva, la más adorable naturalidad, hoy de nuevo, el sol saldrá, los pájaros del amanecer escucharé piar, entonces será hora de reposar, soñar y bajar los párpados para descansar.
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