Terreno asfaltado.

Su boca llena de miel, me impide llevar la mirada del lugar en que me encuentro, aparentemente parece un edificio en ruinas apunto de derruirse por la vida que ha pasado a través de él, lo tiene todo, sus estructuras son increíbles, sus cimientos fortificados y le dan todo el apoyo necesario, pero él parece menospreciarlo; quiere caer, justo cuando yo llegaba; puede que haya llegado tarde.

Ese edificio es diferente, no es lo común, tantos años pasando por su lado con meras coincidencias y jamás me había fijado que estaba allí; ahora entiendo que es como salir de casa y no fijarte dónde vas, y lo más importante, por dónde, ayer le decía a Marc que hay que vivir cada momento al máximo, que me gusta ir "investigando" terrenos por los que nunca he pasado, sin mirar atrás, puede que a veces no sepa volver, pero si me equivoco de camino, conoceré uno más por casualidad.

¿Quién sabe si lo que me ocurría era que escogía el camino equivocado?, aunque viera la señal; ese edificio otra vez, ... creo, no creo, sé que esta tarde volveré, me sentaré frente a él, lo admirare, lo visualizaré mientras me dedico a leer el libro; sí,
- creo que esa será la tarde perfecta.


Él, el libro y yo.

Puede que el paraje sea largo.

                                                                                           Junto a una tenue melodía sonando...

Comentarios

  1. Me gusta equivocarme. Sigue así, me encantan los escritos.
    un beso enorme y que no decaiga esto.. :)

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