Las 5.35 de la mañana, es imposible conciliar el sueño, preguntome yo quan temprano surgirá el amanecer, redacto novelas a la vez que estrecho palabras con almas que deberían haber surgido tiempo atrás, aunque la voz de mi conciencia considere momento perfecto el actual, por la valoración que no habría dado en otro tiempo. Mi sentimiento es extraño, diferente, algo especial digamos en vanas palabras.
Girando continuamente una hilera de polvos caen a tierra, diversidad de pastas ocultan la madera de una viva paleta, creando un mapa que da como resultado el final de horas empleadas en ello, ausencia de materiales provocan la sonrisa del gusto por el hacer, del entretenimiento para pasar los minutos que quedan, junto a melodías que recuerdan lo que en ellos un brazo unido a un pincel y un subconsciente plasman, escucho las cuerdas de una guitarra y sinceridad al mostrarse sin arreglos, errores y voces de fondo, en definitiva, la más adorable naturalidad, hoy de nuevo, el sol saldrá, los pájaros del amanecer escucharé piar, entonces será hora de reposar, soñar y bajar los párpados para descansar.
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